Escribo estas líneas desde la tranquilidad que me da el hecho de que ya han pasado varios días desde la clausura del congreso. De haberlo intentado el día inmediatamente después, sin lugar a dudas habría sido mucho más difícil por lo abrumados que todos estábamos a causa del rotundo éxito alcanzado en la consecución de los objetivos marcados.

Organizar el Congreso de Málaga fue un reto, un reto extraordinario y por eso desde la Junta Directiva de la semFYC queremos agradecer de todo corazón el compromiso de la Sociedad Andaluza de Medicina Familiar y Comunitaria y el riguroso trabajo que han llevado a cabo los miembros de los comités, organizador y científico, excelentemente coordinados por David Godoy y Amparo Vargas-Machuca.

¿Qué ha  hecho que este Congreso haya sido diferente? ¿Y que lo haya sido no sólo en comparación con los Congresos previos de la semFYC sino también con los de cualquier especialidad? Pues la verdad es que son muchas, muchas cosas.

 

Sin duda alguna, la más llamativa de todas ellas ha sido que el Congreso se ha realizado con recursos propios sin presencia comercial ni actividades patrocinadas. Obviamente supone un cambio sustancial, transcendente y diferencial con la práctica totalidad de Congresos que se celebran en nuestro país. Pero quedarnos solo en esto es de una miopía notable. El Congreso de Málaga es el resultado de un proceso vivo, que no ha surgido de la noche a la mañana, que se ha ido construyendo sobre un amplio modelo participativo de los socios a lo largo de los últimos años. Un proceso que ha permitido conformar un universo coral, propio, casi podría decir que íntimo, para el que se establecieron  “numerus clausus” para asistir (el límite eran 2.500 y con esas cifras “cerramos”), con un formato de sesiones plenarias y actualizaciones muy ajustadas en tiempo, dinámicas e interactivas diseñadas en base a itinerarios. Un Congreso donde han estado presentes todas las competencias clínicas, docentes, investigadoras y comunitarias de los médicos de familia y los ámbitos laborales en las que los desempeñan (Atención Primaria, urgencias, paliativos…). Un espacio especial donde hemos compartido conocimiento, experiencias y conversación con sosiego, profundidad y autonomía y donde hemos puesto en valor la especialidad, reconocido la importancia de la Medicina de Familia para el sistema sanitario y renovado el sentido de pertenencia a la semFYC.

Por todo ello estamos convencidos de que nos hallamos verdaderamente ante un nuevo modelo de Congreso.

Sin embargo, embelesarse en las aguas del éxito no nos hará mejores. Es el momento ahora, de reflexionar serena y profundamente sobre la relación que queremos con nuestro entorno y hacerlo de forma transparente, ética, diversificada e inclusiva, respetando, ¡cómo no!, todas y cada una de las sensibilidades que, de forma inclusiva y con equidad, acoge la semFYC.

Es también el tiempo del compromiso, del respeto y reconocimiento de la diversidad, del rigor científico y del profesionalismo médico valores todos ellos incorporados e integrados en el ADN de nuestra Sociedad y que hicieron muy patentes y visibles en el Congreso de Málaga.

Ahora iniciamos el camino para la organización de un nuevo Congreso, en Valencia en 2020, para el que os pedimos participación, vinculación, apoyo…. Estoy seguro que aquellos que han participado y vivido el Congreso de Málaga serán nuestros mejores embajadores y por eso les solicitamos que ya desde hoy, se conviertan en prescriptores de este nuevo modelo de Congreso.Y también a ti te pedimos que ya desde hoy te comprometas y participes en la construcción  de nuestro-tuyo #VLCsemFYC.

 

 

Salvador Tranche  Iparraguirre

Presidente de la semFYC