Desde #noticiassemFYC hablamos con Verónica Casado, antes de que se vaya hacia el Congreso mundial de WONCA que estos días ocupa las calles de Seúl (Corea del Sur), donde va a recibir el premio como mejor médica de familia del mundo, un reconocimiento que nunca antes había conseguido un médico de familia de España y que se suma al reconocimiento como mejor médica europea que recibió en Praga en el 2017 y el de iberoamérica que se le entregó en Cali hace apenas unos meses. 

 

¡En primer lugar, muchas felicidades Verónica, eres la mejor médica de familia del mundo! ¿Cómo te sientes?

Siento muchísima emoción, pero no por mi, sino sobretodo porque siento que esto es muy importante para la Medicina de Familia y Comunitaria española y para que la WONCA se fije más en lo que hacemos en España. Para mi es muy emocionante, no solamente a nivel personal, sino por todas las horas de trabajo invertidas en Iberoamérica y en Europa. Solo puedo decir que muchas gracias a todas y a todos por todo.

 

Hace 30 años que formas parte del equipo de Atención Primaria de Valladolid, siempre sueles presentarte con una frase explicando tus 30 años de trabajo. ¿Cómo te ves tras este tiempo?

Es verdad que tras 30 años sigo presentándome del mismo modo, siempre digo, “Soy Verónica, médica de familia” y en estos últimos 30 años he visto a centenares, miles de pacientes, y, sobre todo, me ha tocado la lotería de poder dedicarme a lo que más me gusta: Ser médica de familia y dedicarme a la docencia. En la vida creo que eso es lo mejor, dedicarte a lo que te gusta y, además, me siento muy agradecida por haber podido formar parte de una generación de médicos de familia que hemos creado, luchado y defendido la especialidad tal y como la conocemos ahora en nuestro país. Sentimos la Medicina de Familia como algo propio.

Desde pequeña siempre había tenido la ilusión de ser docente, pero mi padre me decía “tú eres médico, te gusta ser médico, y si te dedicas a la Medicina podrás enseñar a otros a que también sean buenos médicos”, y eso he hecho en esos últimos 30 años.

 

¿En qué ha cambiado tu entorno de trabajo?

Nuestro entorno de trabajo ha evolucionado, la Atención Primaria ha cambiado, ahora en las consultas hacemos Ecografía, Cirugía menor, Investigación… cosas que antes eran impensables para la Atención Primaria. A nivel de infraestructuras, también hemos mejorado mucho, tenemos mejores materiales y se nota que la Medicina de Familia en España es muy potente, pero fallan la organización y la gestión en recursos humanos.

 

Dices que en vuestro equipo conseguís un nivel un porcentaje de resolución del 93% (sin derivación a otro nivel), ¿Por qué ese porcentaje es tan alto?

Esto no solamente pasa en mi equipo. Pasa, en general, en todo el país, y sucede sobre todo porque los profesionales de Atención Primaria y los médicos y las médicas de familia estamos plenamente calificados para resolver la mayoría de problemas. Tratamos todo tipo de pacientes, crónicos, pluripatológicos… y tenemos herramientas y competencias suficientes para no derivar excesivamente, y para prevenir y no tener que curar. Esta es una cuestión primordial, si tienes profesionales preparados, y estos no tienen que hacer frente a grandes barreras en temas de gestión o laborales, entonces tienes un índice de resolución y efectividad en Atención Primaria muy alto. Es lo que llamamos la “Eficacia nivel”. Es evidente que hay momentos y casos en que hay que seguir derivando, pero muchas veces la derivación o la hospitalización innecesarias pueden evitarse. Por otro lado, para conseguir ser eficaz en Atención Primaria, también necesitas buenos docentes que ofrezcan una buena formación.

 

¿Qué te atrae de la Medicina de Familia para haberle dedicado toda tu vida?

Lo que me atrae es que me gusta enseñar a través de ella, porque es una especialidad que ve la persona en su globalidad, que entiende que un buen médico no necesita solamente habilidades y conocimientos, sino que también tiene que ser humano, buen comunicador y ético. La Medicina de Familia es la especialidad en la que se reúnen estos aspectos de forma más contundente.

A parte de esto, el ámbito docente en Medicina de Familia me parece extraordinario, porque la docencia nos proyecta al futuro, si queremos un futuro mejor, tenemos que tener una docencia mejor.

 

Diriges y coordinas un centro de salud con estudiantes y residentes de Medicina Familiar y Comunitaria. ¿Cómo ves a los residentes y estudiantes de ahora en comparación con los de cuando tú empezaste?

Es cierto que coordino a los residentes en mi Centro de Salud y dirijo una Unidad Docente en la Universidad. Los residentes que llegan a nuestro Centro de Salud de Parquesol son muy vocacionales, llegan con notas altas y se percibe que están muy bien preparados. Cuando les oigo hablar me escucho a mí misma, es como si fuéramos un patrón, un tipo de persona determinada que se siente empujada hacia los valores de la Medicina de Familia. No suelo compartir la opinión de que los jóvenes de hoy son muy distintos a los de antes, tengo grandes expectativas en las nuevas generaciones.

 

¿Si tuvieras que nombrar una gran victoria conseguida en estos últimos 30 años cual sería?

Para la Medicina de Familia creo que una gran victoria fue la implementación del nuevo Programa de la Especialidad de 2005, porque definió los valores profesionales, hizo que la formación pasase de 3 a 4 años y nos permitió determinar el cuerpo doctrinal que buscábamos, así como definir la responsabilidad primaria, secundaria, terciaria, y cuando existía cada una de ellas y en qué situación en concreto. Esto nos llevó a definir claramente en qué momentos y casos somos competentes y cuando no lo somos. Además fue un hecho que viví en primera persona, por lo que considero que fue una gran victoria fruto, también, del esfuerzo personal.

En el campo de la docencia, un hito fue cuando quedó definida la Medicina de Familia como disciplina académica.

 

 

¿Y una gran derrota?

No hemos conseguido ser el eje central del Sistema. Esto es una gran derrota. ¡Todavía lo podemos conseguir, es cierto! Pero en estos momentos no somos el eje nuclear, y deberíamos serlo.

 

¿Cómo ves la realidad de Medicina de Familia en Europa?

Europa es muy diversa. A menudo parece que la realidad europea tenga que ser muy unánime y parecida, pero no es así. Por ejemplo, en el Reino Unido, la Medicina de Familia es muy prestigiosa. En ese sentido, a menudo he tenido estudiantes de intercambio que se sorprendían de que aquí no fuera así, y más cuando consideraban que nuestra formación es excelente, razón por la cual des de el Reino Unido siempre que han tendido que buscar médicos de familia de fuera para aumentar sus plantillas, lo han hecho en España. Por otro lado, están los países escandinavos que siguen siendo los que, seguramente, sean los más avanzados en derechos sociales y la implementación de la Atención Primaria, y los países más centrales de Europa que tienen modelos muy diferentes entre sí con una relación entre el ámbito público y el privado muy desigual. Una cosa sí es segura, en España estamos entre los 5 primeros en nivel y calidad de la Atención Primaria y la Medicina de Familia.

 

¿Y en Iberoamérica?

También es muy diversa, no tiene nada que ver México con Chile o con Cuba. Sin embargo, sí que le veo mucho potencial. Es cierto que cada país tiene realidades distintas, algunas de ellas francamente duras, pero desde estas realidades dispares, todos tienen muchas ganas de hacer que la Atención Primaria funcione porque saben que es el mejor camino para progresar como sociedad. Saben que para ello necesitan apostar por una buena formación y quieren pelear para que así sea. Hemos visto ejemplos muy claros en los últimos años, como el caso de Brasil.

 

En estos momentos has pasado de ser la Mejor de Iberoamérica y de Europa a la mejor del mundo. ¿Cuál será tu siguiente paso desde esta posición?

Seguiré haciendo lo mismo que hacía hasta ahora, con el mismo objetivo: Luchar por una Medicina de Familia sólida y potente que consiga hacer que la población viva mejor.

 

En este premio has logrado la complicidad de un jurado muy diverso con representantes de todos los continentes, de países tan lejanos entre sí como Taiwan o Eslovaquia. ¿Crees que el hecho de que la Medicina de Familia y Comunitaria de España sea tan reconocida te ha ayudado?

Creo que sí, aunque también pienso que, tanto a nivel europeo como a nivel internacional, si los españoles hubiéramos publicado o traducido más al inglés ahora seríamos más conocidos y más leídos. Cuando salgo fuera de España las tres cosas por las que se nos conoce en todo el mundo son: El Programa MIR, el sistema de trasplantes y la fortaleza de nuestra Atención Primaria.

 

 

Vemos que el apoyo internacional y el reconocimiento a los profesionales de Medicina de Familia y Comunitaria y, especialmente, de aquellos que forman parte de la semFYC, está aumentando mucho, por ejemplo con el Premio EACH que acaba de recibir Francesc Borrell o la elección de Pilar Astier como coordinadora del GdT mundial de WONCA en Seguridad del Paciente. Sabemos que los profesionales sanitarios de España hacen un gran esfuerzo para mantener este nivel, ¿crees que los políticos están a la altura?

Creo que los políticos, antes de empezar a gestionar, deberían informarse sobre cómo funcionan las cosas sobre las cuales van a ejercer su poder, sobre qué produce beneficios, qué es lo que se ha demostrado más eficaz, y me parece que este periodo de aprendizaje en muchos casos nunca llega a producirse, y esto es terrible. Hay un hecho indiscutible con respecto a la Atención Primaria que es su enorme beneficio social y económico. Apostar por la AP es apostar por un sistema más sostenible, pero para ello hay que invertir más dinero, contratar a más médicos y médicas de familia, y lograr que los políticos sean conscientes de ello y nos apoyen más. Creo que los políticos tienen que entender que los médicos y médicas de familia somos los líderes naturales del sistema, no somos la puerta de entrada, somos el sistema en sí mismo. ¿Cómo vamos a mejorar las listas de espera o la prevención si no entendemos este principio tan esencial?

Es por eso que los médicos de familia necesitamos más tiempo que reduzca nuestra sobrecarga asistencial. Precisamente, del último congreso de la semFYC en Barcelona me quedó grabada la imagen del castell, esa estructura humana que no funciona sin el esfuerzo y el equilibrio preciso de todos. Esto es la Atención Primaria.

Creo que esto, los políticos, a menudo no lo entienden, a pesar de que incluso el Banco Mundial pidió a todos los países del mundo una apuesta mayor para lograr una Atención Primaria más fuerte. ¿Por qué, entonces, hay tanta gente buena quemada?, ¿Por qué, por ejemplo, la Atención Primaria cuenta actualmente con un 30% de recursos humanos cuando las estadísticas indican que deberíamos tener el 50% de efectivos?

 

Estos días en Seúl tendrás muchas llamadas y te presentarán a mucha gente que tal vez ya conocía tu obra y tu trabajo anteriormente, ¿qué aspecto de ella te gustaría que destacase más?

De todo lo que he hecho me quedo con el cuerpo doctrinal, los artículos y la obra publicada. También he dedicado muchos años a la gestión y cada vez más me estoy dedicando a la investigación.

 

Entre los muchos premios y cargos que tienes, eres la Presidenta de la Academia de Medicina de Familia de España. ¿Podrías hablarnos un poco de este proyecto?

La Academia de la Medicina de Familia de España se creó hace ya muchos años a imagen y semejanza de modelos que tienen en otros países, como por ejemplo el Royal College of General Practitioners en el Reino Unido. Hemos querido construir nuestra Academia sobre la base de ser un observatorio de Medicina Familiar en la Universidad para hacer un seguimiento sobre lo que se hace a nivel académico en otras Comunidades Autónomas y, por ejemplo, apoyar la formación especializada o ayudar al desarrollo profesional. Nuestra idea es la de reforzar los vínculos con la WONCA para estar más en contacto con el ámbito internacional, como por ejemplo con EURACT, donde se reúnen las academias de Medicina de Familia de los países europeos.

 

 

Entre las cualidades para ser la mejor médica del mundo, WONCA World pide siempre que el perfil de la persona elegida sea el de alguien implicado con la comunidad. En tu caso vemos que es así, eres toda una eminencia en tu ciudad, te han invitado en diversas actividades, presentaciones, fiestas… etc. ¿Crees que esta figura del Médico de Familia como un referente social?

El médico de familia debe dominar el aspecto asistencial, docente, de gestión e investigación sin dejar de estar comprometido con los pacientes y con la comunidad. Creo que el médico de familia es uno de los líderes de una comunidad, y es indiscutible que seguimos estando ahí, y que tenemos un peso muy grande. Tenemos que tomar consciencia de que a más prestigio y respeto por parte de la comunidad con la que tratamos, más influencia clínica y asistencial tendremos sobre los pacientes.

Por desgracia, una carga asistencial excesiva como la que estamos viviendo ahora, hace que la parte de la presencia comunitaria se vea perjudicada. Pero yo nunca renuncio a mi segundo apellido, soy médica de familia y comunitaria.

 

En medio de la globalización, el localismo parece ir ganando fuerza a la hora de buscar sociedades más diversas, inclusivas y saludables. ¿Cómo puede ayudar la actividad comunitaria del médico de familia en este aspecto?

Creo que dependerá de cada comunidad, del grado de cohesión interna de esta comunidad. Como más unida esté una comunidad, más fácil será hacer actividad comunitaria. Tenemos que tener en cuenta que nosotros somos un agente más, junto a otros como por ejemplo los servicios sociales.

 

Entre otras cosas, eres una experta en la Historia de la Medicina y de la Medicina de Familia. En este Congreso de WONCA de Corea la semFYC presenta el proyecto KRISTINA que une comunicación-tecnología y medicina. ¿Crees que conceptos como inteligencia artificial y los avances tecnológicos están humanizando a la Medicina o pasa todo el contrario?

La tecnología tiene que ser una herramienta al servicio de las personas. Siempre digo que el robot Leonardo nunca va a superar Leonardo, es decir que una máquina, por muy precisa que sea, en este caso, por ejemplo, operando, nunca sustituirá al médico que te mira a los ojos y te entiende. Sí creo que un buen uso de la tecnología puede ser beneficioso en un proceso de humanización, por ejemplo, con comunidades de inmigrantes que necesitan herramientas para adaptarse a un entorno desconocido, como es el caso de KRISTINA.

 

A menudo se comenta que Europa es el continente con sistemas de salud más fuertes y más basados en la MF. ¿Qué podemos aprender de otras regiones mundiales?

Creo que siempre tenemos que tener claro que la Medicina de Familia es un proyecto mundial. Me parece que fue en Canadá, en el año 1993, cuando lo descubrí, ahí te invitaban a “hacer la vuelta al mundo de la Medicina de Familia”. Había gente de Japón, de Nigeria… todos ellos médicos y médicas de familia. Es cierto que América del Norte y Europa son seguramente los dos continentes más desarrollados, África y Asia tienen países y zonas y, sobre todo, muchísimo potencial, y en Sur América, muchas ganas de luchar, pero la Medicina de Familia se construye cada día y la Atención Primaria nunca está terminada, hay que seguir aprendiendo y uniendo esfuerzos.

 

Como mejor médica de familia del mundo ¿qué mensaje te gustaría que llegase al encuentro internacional de Astana para revisar los 40 años de la Declaración de Alma Ata, que tendrá lugar apenas unos días tras el Congreso de WONCA Mundial?

Quiero que se retome el tema de que la Medicina de Familia y la Atención Primaria sean los elementos nucleares del sistema. La Atención Primaria es más necesaria que nunca en la historia, no se trata de un sistema que beneficie a los países más pobres (¡la Declaración de Alma Ata fue impulsada desde Suecia!) sino que la Atención Primaria es buena tanto para países pobres como ricos, para todos. Es muy difícil que un médico de familia llegue nunca a conseguir un Nobel en Medicina porque nosotros no curamos a los pacientes, impedimos que enfermen. Por eso debemos de estar en el centro del sistema, y me gustaría que en Astana se retomase este concepto.

 

¿Cuál debería ser el futuro de las sociedades científicas en relación a los médicos de familia?

Desde las sociedades científicas debemos liderar, difundir el conocimiento, reivindicar lo que somos y lo que queremos, ofrecer formaciones en aspectos clave y con servicios para residentes, tutores, jóvenes médicos de familia, claro está, pero sobre todo transmitir valores de Medicina de Familia que hagan que no nos desviemos de nuestra misión.

 

Finalmente, este Premio posiblemente cambiará tu vida, pero también cambiará la de la semFYC. ¿Puedes hablarnos un poco de tu relación con nuestra Sociedad?

Espero que ayude a la semFYC y a la Atención Primaria española. Siempre, cuando me preguntan por mi relación con la semFYC, yo respondo que no tengo relación con la semFYC porque yo soy semFYC, me considero una parte más de los miles de elementos que han ayudado a construir esta magnífica sociedad de valores y conocimiento y animo a los jóvenes a que se nos unan.

 

¡Muchas gracias Verónica, que tengas un buen vuelo a Corea!

 

Puedes seguir a Verónica Casado en Twitter @DoctoraVCasado