Desde hace tiempo se sabe que la actividad física es una de las mejores soluciones en prevención de salud que existen, porque permite a la población no solamente mejorar su salud y bienestar, si no también reducir el número de bajas laborales y aumentar la calidad de vida. El deporte y el estar activo en estos momentos en que cerca de un 56% de españoles y españolas tiene sobrepeso (acercándonos peligrosamente a los índices de otros países occidentales) tienen unos efectos preventivos espectaculares a medio y largo plazo. Algunos estudios han situado el índice de protección y prevención de cánceres como el colo-rectal o el cáncer de mama sobre un 80% y en el caso de diabtes tipo-2 los números también son parecidos, siendo esta una de las principales virtudes para la salud de practicar deporte. En ese sentido, las enfermedades cardiovasculares y respiratorias se ven también muy afectada ante una vida activa y saludable, puesto que se calcula que unos 150 minutos semanales de actividad de baja intensidad a lo largo de la vida reducen significativamente el número de personas que las padecen.

Algunos países de nuestro entorno europeo llevan tiempo fomentando el deporte de forma radical. Es el caso de Inglaterra, donde los datos indican que aumentando los niveles de actividad física de la población podrían prevenirse hasta 37.000 muertes cada año. Fomentar el deporte también tendría efectos económicos muy positivos para el sistema sanitario, puesto que por cada euro que se invierte en promocionarlo, se recuperan tres euros que podrían invertirse en reducir la sobrecarga asistencial dentro de la Atención Primaria o en reforzar la investigación científica.

Recientemente, el debate ha llegado a nuestro país con una renovada fuerza, y lo ha hecho poniendo una pregunta clave sobre la mesa: Si llevamos años subiendo los impuestos a productos como el Tabaco o el Alcohol para que disminuya su consumo, ¿por qué no bajamos los impuestos de aquellos productos relacionados con actividades saludables? Diversas organizaciones y entidades, así como el Grupo de Trabajo en Actividad Física de la semFYC (leer su último artículo en #noticiassemFYC) han reclamado que se abra un proceso de evaluación que termine en la reducción del IVA de aquellos elementos relacionados con hacer deporte (por ejemplo la ropa o el calzado deportivo) o que desde Hacienda se ofrezcan beneficios fiscales para aquellas personas que pagan cuotas en los gimnasios. Las personas activas producen un beneficio sobre el sistema de salud que, en estos momentos, es superior a los costes producidos por las personas inactivas o con malos hábitos. No tiene sentido no premiar a aquellas personas que con sus hábitos de autocuidado ayudan a todo el sistema (sanitario, laboral, económico y social) a ser más sostenible y eficiente, mientras se penaliza el consumo de productos cancerígenos.

 

El papel de la Atención Primaria: Rutas saludables

 

Tal y como se indica en el último artículo publicado en el Blog del Grupo de Educación Sanitaria y Promoción de la Salud del PAPPS, la Atención Primaria y la Medicina de Familia y Comunitaria juegan un papel absolutamente clave. En este artículo, Francisco Camarelles analiza el estudio Promoting physical activity through primary health care: the case of Catalonia dentro del cual se analizan las acciones tomadas en Cataluña, donde se han establecido programas para promover la actividad física desde la Atención Primaria.

Con el fin de conseguir que el médico de familia se convierta en un auténtico coach en todo lo que respecta a la prescripción del ejercicio y de la actividad física, desde 2005 se han ido implementando las llamadas “rutas saludables” y se han creado plataformas donde consultar cómo, tanto des de la Atención Primaria, como desde los Centros de Salud o las administraciones locales, podemos prescribir el ejercicio físico y fomentarlo entre los pacientes y sus comunidades. Un ejemplo de ello es la página web del Pla d’activitat física esport i salut (PAFES).

La ruta saludable que se ha ido proponiendo para la Medicina de Familia y Comunitaria y en el contexto de la Atención Primaria consiste en 3 pasos:

  1. Establecer una guía clínica  de Actividad Física para profesionales sanitarios sobre cómo intervenir
  2. Identificar recursos locales para promover la Actividad Física (rutas saludables)
  3. Cribado y consejo en Actividad Física basándose en los estadios de cambio.

 

 

Los datos indican que la población activa va aumentando, pero lo hace al mismo tiempo que la mayor parte de nuestros trabajos son cada vez más sedentarios. Encontrar un buen equilibrio entre actividad física, alimentación y prevención en salud será una de las claves del futuro para un mundo más sostenible.

A nivel internacional, la Organización Mundial de la Salud lanzó recientemente la campaña “Let’s Be Active: Everyone/Everywhere” como reacción a la publicación de los últimos datos mundiales que indican que en el mundo hay hasta 1.400.000 personas totalmente inactivas (hasta un 28%), especialmente en los países que supuestamente gozan de niveles de progreso más elevados.

Deberemos prestar atención a estos debates, que se engloban en el campo de la prevención en salud, uno de los ámbitos sanitarios que serán más importantes en el futuro próximo y en el que papel de la Atención Primaria es clave.