Hay palabras que de tanto repetirlas parece que vayan perdiendo su significado, es el caso de las patologías emergentes. Parecería que siempre se quedan en eso , en una especie de enfermedad que no acaba de desarrollarse, que siempre está a punto de aparecer.

 Eso parecía que iba a ser la infección por virus Zika, una enfermedad que hasta 2013 apenas había afectado a unas decenas de personas en todo el mundo, que en los libros de texto clásicos como Mandell, Guerranto o Manson’s apenas habiá merecido unas líneas dado su curso autolimitado y benigno.

Pero esta vez si se ha cumplido la expectativa de emerger. A partir del brote epidémico de 2013-15 en Polinesia Francesa, la infección por virus Zika se ha extendido a más de 42 países. Hasta aquí sólo había hecho que seguir los pasos de sus hermanos mayores, los virus Dengue y Chikungunya, que la habían precedido en su emergencia en muchos de los mismos países ahora afectados.

El Dengue en su versión hemorràgica tiene una mayor mortalidad, el Chikungunya produce clínica más invalidante incluso meses después de su curación. ¿Por qué más atención mediàtica a esta enfermedad? ¿Realmente se merecía una declaración de emergencia internacional por parte de la OMS, al mismo nivel que la enfermedad por Ébola?

A finales de 2015, Pernambuco, un estado al noroeste de Brasil, con una población estimada de unos 8 millones de habitantes (un poco más que Cataluña o Madrid), declaró un aumento inusual de nacidos con microcefalia, 140 casos para una media anual hasta la fecha de 10, coincidente con un brote epidémico de virus Zika. Que una infección en principio banal pudiese ser la causa de una patología grave y gravemente invalidante y afectase a un importante territorio, fue el principal motivo para que esta vez la OMS actuase de forma rápida (no como en 2014 con la epidemia de ébola) y realizara la declaración de emergencia y ha permitido dedicar importantes fuentes de financiación a la investigación y al soporte de los países afectados.

No sólo la enfermedad es emergente, también los conocimientos sobre ella aparecen rápidamente, en parte gracias a la actuación de la OMS.

En 2009, apenas existían un par de artículos en revistas médicas sobre esta infección, durante los tres primeros meses de 2016 más de 25 artículos han visto la luz en diversos medios. La colaboración entre grupos de investigación y organizaciones internacionales (OMS, CDC, Gobiernos) han permitido conocer más sobre la enfermedad en este tiempo que desde su descubrimiento en 1947.

Qué sabemos o estamos cerca de saber en este momento:

– El principal medio de transmisión es la picadura de mosquitos del género Aedes aegypti.

– Otras posibles vías de transmisión son la vía sanguínea (donantes), sexual, perinatal (leche materna, saliva), vertical (líquido amniótico).

– El virus Zika tiene predilección por las células neurales.

Qué no sabemos o todavía está pendiente de confirmación:

– La causalidad directa de la microcefalia y del síndrome de Guillain-Barré.

– La afectación ocular en fetos con o sin microcefalia.

– El papel de los casos asintomáticos en la transmisión.

– La duración de partículas virales con capacidad infectiva en fluidos (saliva, leche materna, orina, semen).

No sólo la investigación clínica ha emergido sino también el avance en métodos diagnósticos más fiables y rápidos, así como la generación de posibles vacunas.

Hasta que nuevos datos despejen todas las dudas, los profesionales de Atención Primaria deberemos seguir haciendo lo que mejor sabemos hacer: gestionar la incertidumbre.

¿Nuestro papel en esta emergencia?

– Detectar los posibles casos, la mayoría importados o valorar la posibilidad de algún caso autóctono en aquellas Comunidadeds en donde A albopictus (mosquito tigre) esté asentado.

– Descartar otras patologías, más frecuentes y potencialmente graves (malaria, fiebre tifoidea, primoinfección VIH, dengue)

– Evitar la transmisión, mediante recomendaciones preventivas correctas y consejo a los viajeros a zonas con brotes activos

– Tratar de forma adecuada a los casos confirmados, con un correcto seguimiento los primeros días de clínica.

Para ello las Sociedades de atención primaria (SEMFYC, SEMERGEN, SEMG) hemos colaborado durante los últimos meses con el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (Centro Coordinador de Alertas – CCAES) en el Plan Nacional de Preparación y Respuesta para Enfermedades Transmitidas por Vectores, concretamente en el documento recientemente difundido “ Guía de manejo en Atención Primaria de pacientes con Dengue, Chikungunya y Zika. Marzo 2016”

Seguro que no será el último documento relacionado con enfermedades poco conocidas o poco frecuentes en el que colaboremos, intentaremos que en el futuro siendo patologías emergentes, al menos que no sean para la atención primaria una emergencia.

 

javierzika

Javier Arranz Izquierdo
GdT Infecciosas semFYC
Plan Nacional EnfermedadesTransmitidas Vectores