No hace mucho salía un artículo en La Vanguardia sobre un nuevo síndrome que se puede denominar ensoñación excesiva. Algo así como personas que sueñan de manera patológica y que estos sueños acaban alterando de manera importante sus vidas.

No he conocido a ninguna persona así. Nunca he visto a un paciente que cumpla criterios de Maladaptative Daydreaming (Ensoñación excesiva en inglés). Estoy más habituado a ver personas que no sueñan, que tienen limitada su capacidad de abstraer y de pensar que las cosas pueden cambiar, o mejorar. Me temo que en esta sociedad en la que vivimos hay más tendencia a vivir cada día en la realidad, inmersos a veces en un día a día rutinario, que a soñar.

Ojalá recuperemos nuestra capacidad de soñar, de creer que podemos cambiar cosas, que podemos hacer nuestras vidas y el de nuestro entorno más agradables y más llevaderas. Nos vemos superados muchas veces por la realidad, y vemos tantas maravillas y cosas tan geniales en nuestro mundo, que nos sentimos empequeñecidos e incapaces de hacer grandes cosas.

Soñar es necesario porque durante los sueños el cerebro utiliza una buena parte de la energía consumida para reordenar y clasificar las memorias y recuerdos acumulados durante el día. Necesitamos, pues, soñar.

Además soñar con sucesos que nos gustaría que sucedieran nos da motivación y esperanza para mantenernos en la lucha.

Yo sueño cada día con que las personas nos quitemos los miedos y estemos lo menos asustadas posibles para poder vivir lo más serenamente posible. Y sueño sobre todo con que seamos capaces de potenciar nuestra capacidad de ayudar al que tenemos al lado, de hacer que se sienta acompañado, que sepa que tiene alguien disponible.

#músicapararelajarte: Sueña

Banda Sonora Original de la película “El Jorobado de Notre Dame

 

ALFONSO GARCIA VIEJO.-GIJON 8.1.2011 FOTO DE P. CITOULA
Alfonso Garcia Viejo

GdT de Salud Basada en las Emociones de la semFYC